¿Tendrán los NFTs de música su momento PFP?
Tl;dr: El año 2021 vio una oleada de lanzamientos de nuevos proyectos NFT de música generativa con el potencial de repensar las nociones tradicionales de la industria en temas como la cultura de la celebridad, la creatividad, la participación de fans y la propiedad intelectual. Sin embargo, estos proyectos no gozan de la misma demanda por parte de las personas consumidoras, ni del potencial financiero que sus contrapartes visuales, quienes son inmensamente populares debido a razones que son a la vez técnicas, legales y culturales.
Esta es la Parte I de un informe de investigación colaborativo de cinco partes que la comunidad de Water & Music ha elaborado durante los últimos dos meses sobre el estado de la música y Web3. Las personas que contribuyeron a este hilo de investigación sobre NFTs de música generativa están enumeradas en la parte inferior de esta página, ordenadas por función. Se puede ver el estado actual del lanzamiento de nuestro reporte y una lista completa de quienes contribuyeron visitando stream.waterandmusic.com.
Quizá uno de los planteamientos más interesantes acerca de la historia de los medios y la tecnología es aquel que enunció Marshall McLuhan: «El medio es el mensaje». Es decir, la forma en que las personas se expresan —y, a su vez, la forma en que las demás perciben esa expresión — está directamente condicionada por el formato en que la expresión es transmitida.
Para bien o para mal, esta dinámica ha definido la industria musical mainstream en cada paso del camino. Una razón importante por la cual los álbumes lanzados comercialmente duran entre 40 y 50 minutos, incluso en la era del streaming, es porque un disco de vinilo de 33 RPM de 12 pulgadas puede contener alrededor de 22 minutos de música por lado, o 45 minutos en total. De manera similar, compositores ahora adaptan regularmente las estructuras de sus canciones para que sean elegidas por el algoritmo de la lista de reproducción de Spotify. Un ejemplo sería mover el hook (gancho) de la canción al principio de la pista para reducir las posibilidades de saltarlo y, por lo tanto, se pierda la prioridad en la secuencia de la lista de reproducción de Spotify. El reciente poder viral de las aplicaciones de formato corto como TikTok ha reafirmado aún más esta tendencia en la industria, disparando el gancho de 15 segundos como la unidad principal de creación musical. En todos estos casos, el canal de distribución tiene una influencia directa en la agenda creativa.
Si es cierto que el medio es el mensaje, entonces, ¿cuál es el lenguaje musical distintivo de la Web3? O dicho de otra manera, ¿qué tipo de procesos creativos fomenta y habilita de manera única la tecnología blockchain (cadena de bloques)? ¿Qué podemos esperar de la versión criptográfica del hook de 15 segundos?
Quizá el ejemplo más representativo de la cultura nativa de Web3 está en el mundo visual. Muchos de los proyectos NFT con mayor éxito financiero de todos los tiempos, desde CryptoKitties y CryptoPunks en 2017 hasta Bored Ape Yacht Club y SquiggleDAO en 2021, tienen una plantilla creativa común, es decir, el uso de lenguajes de programación para generar cientos o incluso miles de diseños únicos que comparten una identidad visual común, con diversos grados de rareza que se pueden verificar y monetizar on-chain (en cadena). Socialmente, la gente a menudo se refiere a estos proyectos como PFPs (que, dependiendo de a quién se pregunte, significa «foto como prueba» o «foto de perfil»). Esto se debe a la cultura de mostrar estos NFTs en las redes sociales para señalar que se pertenece a un determinado grupo exclusivo de coleccionistes. Estos proyectos también suelen ser generativos, en el sentido de depender de código (on o off-chain) para crear un número mayor de activos visuales en un periodo de tiempo corto, en lugar de que le artiste haga cada activo a mano.
De manera lenta pero segura estamos viendo que artistes musicales están adoptando la Web3 para experimentar con procesos creativos distribuidos a gran escala tanto en música como en audio. La comunidad de Water & Music ha identificado que se lanzaron este año cerca de 30 proyectos de NFT / PFP sobre música generativa, desde el innovador proyecto de síntesis de voz Holly+ de Holly Herndon, hasta colecciones NFT audiovisuales generativas únicas como Invocation (Telefon Tel Aviv x EFFIXX) y Rituals (Justin Boreta x Aaron Penne), hasta proyectos de tipo PFP más estándar como TROLLz de 6ix9ine y Trippie Headz de Trippie Redd. (Miembres de Water & Music pueden acceder a la lista completa de proyectos de música generativa/PFP en una nueva pestaña exclusiva para quienes poseen la membresía en nuestro tablero de música/cripto).
Lo que hace que estos proyectos musicales generativos/PFP sean especialmente emocionantes no es solo su potencial para expandir los límites donde se cruzan el fandom y la creatividad, si no que traen ideas previamente marginales o de nicho en torno a la creatividad colaborativa y el valor de marca distribuido a las masas; es también el potencial que tiene la Web3 para facilitar modelos de negocio más dinámicos, innovadores y sostenibles en torno a este tipo de proyectos creativos que, de otro modo, no serían económicamente sostenibles.
Dicho esto, la realidad de la situación es que el valor social y financiero de las colecciones NFT de música generativa/PFP no ha alcanzado el mismo nivel de éxito duradero que sus contrapartes visuales. Esto puede resultar sorprendente, dado que la música se ha beneficiado directamente de la nueva ola de Web3 de otras maneras — principalmente a través de lanzamientos (drops) puntuales de NFT —, y que la música no solo es una forma de arte inherentemente cultural y social, sino que también es cada vez más visual en su expresión moderna.
Las preguntas centrales que hemos querido explorar para este artículo no son sólo acerca de la forma que han tomado los proyectos de PFP de música nativa de Web3 en lo que va del año, sino también los retos que quedan por delante para ampliar estos proyectos a un público general. A través de nuestra propia investigación de mercado y entrevistas con diferentes personas fundadoras detrás de proyectos NFT de música generativa, descubrimos que hay una brecha de mercado importante que no se solucionará tan fácil como copiar y pegar prácticas comunes del mundo de las artes visuales al mundo de la música; de hecho, puede requerir repensar completamente las nociones tradicionales de la industria de la música en términos de celebridades, propiedad intelectual y compromiso de fans desde cero. Si bien existen todos los requisitos técnicos para que los NFTs de música generativa/PFP funcionen, podría decirse que no existen los fundamentos sociales, culturales y legales.
Abordaremos este argumento explorando los siguientes temas en orden:
- Un poco más de contexto sobre la historia de la creación de música generativa, por qué es importante para la música y por qué tiene sentido que artistes de música generativa estén adoptando Web3.
- Analizar la plausibilidad técnica de los proyectos de NFT de música generativa/PFP en concreto, hasta qué punto ciertas tácticas utilizadas en proyectos visuales de PFP como Bored Ape y CryptoPunks se pueden trasladar a las colecciones musicales.
- Profundizar en los desafíos sociales, culturales y jurídicos que plantea la ampliación de los proyectos de NFT de música generativa, así como las oportunidades experimentales únicas que estos ofrecen a artistes.
Contexto creativo: Personas compositoras de música generativa como “jardineras”
El conocido artista y productor Brian Eno acuñó el término “música generativa” en la década de 1990 para describir un paradigma de creación musical basado en sistemas. Mediante el cual, quien compone construye una especie de autómata (es decir, un sistema preprogramado que funciona automáticamente) que genera música por sí mismo, en lugar de trabajar directamente con el sonido para crear una composición discreta. Eno se inspiró en ideas científicas contemporáneas de la época como la cibernética, la teoría de los sistemas no lineales y la teoría del caos, cuya idea clave compartida es que incluso los sistemas más simples pueden generar comportamientos complejos. Un conjunto de reglas bien ajustadas, puede tener un potencial creativo profundo e imprevisible.
Inspirado por estas ideas, Eno informó de un cambio radical en su pensamiento a principios de la década de 1970 que cambió su comprensión del compositore musical de “arquitecte” a “jardinere”. Como compartió en una entrevista de 2011, se trata de «la idea de le compositore como alguien que se situaba en la cima de un proceso y dictaba con precisión cómo se llevaba a cabo, a alguien que se situaba en la base de un proceso que plantaba cuidadosamente semillas bastante bien seleccionadas y con suerte, veía cómo se convertían en algo». En otras palabras, las personas compositoras, bajo este nuevo paradigma, están en el negocio de proporcionar simplemente los ingredientes para la creatividad, en lugar de un producto terminado o incluso un conjunto claro de instrucciones.
Es importante destacar que la música generativa no tiene que usar computadoras. El innovador álbum de música ambient de Eno, Discreet Music, utilizó loops de cinta magnética asincrónicos para crear un sinfín de conjunciones novedosas de material pregrabado; Steve Reich usa medios similares para lograr un efecto asombroso en It’s Gonna Rain. Pero las computadoras son obviamente un medio ideal para diseñar automatizaciones generativas, porque como confirmaría une programadore, los frutos de la programación tienen que ver con la abstracción. Crear música mediante la creación de un sistema que la genera, es simplemente componer en un nivel más alto de abstracción. Más recientemente, aplicaciones como Endel, Boomy y la aplicación EōN de Jean-Michel Jarre han intentado llevar estas experiencias musicales adaptativas y generativas computarizadas a una base de fans más convencional, a menudo recaudando millones de dólares en fondos de capital de riesgo en el proceso.
En las comunidades de Web3, la palabra “generativo” se aplica ampliamente a los proyectos de arte que usan código para crear una gran cantidad de objetos únicos en el blockchain. La forma más simple para una obra de arte “generativa” en el blockchain podría ser el formato PFP, que mezcla y combina diferentes características en un avatar de dibujos animados como lo es BAYC. En estos casos el algoritmo simplemente compila combinaciones limitadas de elementos prefabricados, lo que apenas satisface la definición de “generativo” que artistes como Eno pretendían originalmente. En el otro extremo del espectro se encuentran colecciones como deafbeef y Fidenzas de Tyler Hobbs, en las que tanto los resultados artísticos como el código que los crea, son tratados como estupendas obras de arte.
Todavía quedan desafíos para hacer que la producción creativa de la música generativa sea más aceptada en una audiencia más grande. Por un lado, incluso el código creativo on-chain a menudo todavía se procesa en el navegador convencional mediante bibliotecas que están off-chain — por ejemplo: p5.js para Audioglyphs y Art Blocks. La salida de audio de estas bibliotecas todavía suena rudimentaria en comparación con el sonido de alta calidad y las producciones que fans de la música acostumbran a consumir, y mucho menos pagar por ellas.
No obstante, en el contexto de blockchain y NFTs, los enfoques generativos para la creación de arte seguirán llenando los vacíos del mercado mientras coleccionistes quieran más piezas únicas que las que las personas creadoras tienen tiempo para crear a mano. En este sentido, podría ser similar a otros métodos de fabricación barata — excepto que trasciende la producción en masa en la medida en que el algoritmo generativo es tratado en sí mismo como obra artística.Lo que hace que la Web3 sea especialmente convincente como capa de distribución potencial sobre las experiencias musicales generativas, es la capacidad de hacer que tanto los resultados musicales específicos, como sus fórmulas sean coleccionables; ya que en la mayoría de estos proyectos, tanto la lógica/script de generación subyacente como el resultado final se almacenan on-chain. Esto coincide con una de las principales motivaciones de quienes coleccionan en torno a los proyectos generativos de NFT en general: una determinada obra de arte on-chain se siente más permanente si viene con el código necesario para representarla.
Mecánica base de NFTs de música generativa: Rareza, mintear a ciegas y quemas
Si el objetivo de ciertos proyectos de NFT de música generativa es recrear el éxito financiero de sus contrapartes visuales, podemos comenzar analizando qué rasgos y elementos de los proyectos visuales de PFP se traducen bien en los musicales.
A nivel técnico mucho de este trabajo ya se está realizando. Por ejemplo, un elemento común en los proyectos visuales de PFP consiste en asignar un nivel relativo de rareza (rarity) a diferentes elementos visuales o de personajes (por ejemplo: ropa, color de cabello) que podrían incorporarse en las obras de arte finales. La rareza es un factor crucial en la forma en que les entusiastes de las criptomonedas comparan y fijan el precio de sus NFTs, e incluso existe toda una industria naciente que ayuda a las marcas de criptomonedas a generar tablas de rareza para sus colecciones de NFT. Por lo tanto, muchos proyectos de NFT de música generativa como SoundArts (en la foto de arriba) ya implementan un enfoque basado en su rareza, mediante el cual las personas desarrolladoras asignan un nivel de rareza a cada pista (stem) que informa del proceso de creación generativa para cierta colección de NFTs de música.
Otro elemento de implementación que muchos proyectos de NFT de música generativa toman prestado del mundo visual es el blind minting (minteo a ciegas), un proceso mediante el cual coleccionistes realizan una compra principal de un NFT sin saber la combinación exacta o la rareza de los rasgos que obtendrán. Por ejemplo, la colección Muddy del artista Julian Mudd permite a coleccionistes mintear un total de 1.000 NFTs generativos en torno a su canción “Growing Pains”, cada uno de los cuales tiene una de las 10.000 posibles combinaciones derivadas únicas de voces, acordes, rellenos, bajo y percusión en torno a la canción. Quien colecciona no conoce todos los detalles hasta después de realizar su compra. (La versión estática y original de “Growing Pains” está disponible en Spotify y otros servicios de streaming).
Los proyectos con minteo a ciegas generalmente desencadenan una “revelación” de su rareza subyacente después de que se lanzan todos los NFTs, o una vez que se cierra el período de minteo, lo que ocurra primero. Por lo tanto, por diseño el proceso de pasar por un minteo a ciegas es sorprendentemente similar al de comprar una caja sorpresa en un videojuego o un boleto de lotería en la vida real.
«Creo que hay una extraña emoción por no saber lo que vas a obtener después de mintear», nos dice en una entrevista Patrick Price (también conocido como Patty G) quien inició 3Q Collectibles, un proyecto que colabora con personas productoras musicales para crear pistas base (foundational stems) para colecciones NFT de audio generativo con clasificaciones de rareza incorporadas. «La sensación de estar “globalmente minteando al mismo precio, pero poder recibir algo que valdrá mucho más”… se conecta a la misma psicología que nos hace amar los juegos de azar».
Una tercera mecánica que estamos empezando a ver emerger en el panorama NFT de la música generativa es dar a cualquier coleccioniste la capacidad de quemar tokens (es decir, eliminarlos por completo y de forma irreversible del suministro), creando una escasez adicional en la colección “génesis” y así tener menor cantidad de originales. En una especie de performance, el artista digital Pak lanzó el sitio web burn.art donde quien colecciona podía quemar cualquier NFT que poseyera a cambio de ganar el token $ASH, que podría canjearse más adelante por las propias colecciones de NFT de Pak.En el mundo de la música generativa, el proyecto insignia de NFT EulerBeats estructuró su primer lanzamiento como 27 “LPs” de génesis únicos. Por cada LP génesis, se vendieron 120 copias en total o “impresiones” en una curva de bonos (es decir, aumentando automáticamente el precio con cada venta), con el 8% de las ventas impresas destinadas al titular del LP, el 2% a EulerBeats y el 90% restante a una tesorería de reserva de quema, según los términos de servicio del proyecto. Complementaria a la arquitectura de gamificación presentada, propietaries de NFT tenían la oportunidad de quemar su obra original a cambio del 90% del valor actual de la obra.
Si bien todas las tácticas anteriores son factibles para proyectos NFT de música generativa/PFP, el paradigma social, cultural y legal de concebir estos proyectos a escala es una cuestión completamente diferente.
La evaluación del mercado potencial de las colecciones NFT de música generativa/PFP comienza no solo con un ejercicio financiero, sino filosófico: ¿Por qué la gente disfruta escuchando y compartiendo música? Como forma de arte intrínsecamente social, se puede decir que la música adquiere un valor adicional cuanto más se comparte; Entonces, ¿tienen todes la necesidad de poseer una pieza única de música, o simplemente quieren compartir y experimentar colectivamente la misma?; ¿Cambia la relación fan-música cuando parece que se puede producir en masa varias versiones diferentes de esa música con solo presionar un botón, aunque se haya invertido muchas más horas de trabajo detrás de escena para crear ese sistema?; Y por último, ¿cómo se adaptan a la infraestructura descentralizada las nociones de branding tradicionales de celebridades, en las que la gente se convierte en fan cuando encuentran una personalidad y sonido único que no se puede replicar?
Falta de utilidad social
En general, uno de los atractivos psicológicos más poderosos de los proyectos generativos/PFP es la capacidad de unir a coleccionistes bajo algún tipo de comunidad. «Los PFP generativos son el ejemplo perfecto de tener cosas en común, pero también singularidades», nos dice el fundador de SoundArts Paris Blohm en una entrevista. Citando a BAYC como ejemplo, el miembro fundador de SoundArts Brian Nguyen, agrega que «todas las personas somos simios, pero tenemos nuestra propia identidad dentro de esa comunidad».
Muchos proyectos de NFT de música generativa en nuestra base de datos se apoyan en un elemento comunitario integrado, generalmente tratando la propiedad del NFT como mecanismos para acceder y gobernar en una DAO (un puñado de ejemplos clave son Holly +, Mudd DAO, BeetsDAO y BleepsDAO). «Vemos que los NFTs generativos pueden crear un nuevo tipo de club de fans, donde poseedores de NFT pueden acceder a futuros lanzamientos y espectáculos del proyecto artístico», Kalam Ali, cofundador de las empresas experimentales de música/arte So Lab X, Sound Obsessed e IN X SPACE, nos cuenta en una entrevista. «Tenemos esta nueva forma de agregar una base de fans en torno a algo que poseen, en forma de una serie NFT a mayor escala de une artiste o banda. También vemos que el potencial creativo y financiero del formato va de la mano, como el uso de NFTs generativos para reemplazar la mercancía, o incluso las entradas en eventos virtuales del metaverso».
Dicho esto, estas experiencias comunitarias siguen siendo construidas en gran medida por y para una base de artistes y coleccionistes altamente natives de la web3. La utilidad social dominante de los NFTs de música generativa/PFP todavía está muy por debajo de la de sus contrapartes visuales, por una variedad de razones culturales y técnicas.
Por un lado, la música es inherentemente más difícil de explorar que el arte visual. En el transcurso de tiempo que requiere escuchar una canción, cualquier fan o coleccioniste puede escanear cientos de PFP visuales y también analizar mucho más rápidamente la rareza y el carácter distintivo de estos activos visuales comparándolos con otros en la misma colección. Por el contrario, al menos para consumidores cotidianes, evaluar la rareza de un archivo de audio determinado (por ejemplo, deducir ligeras variaciones entre diferentes pistas) puede no ser tan intuitivo.
Además, una gran parte de la cultura en torno a los NFTs visuales generativos/PFP es la posibilidad de mostrar el propio NFT como foto de perfil en Twitter, Discord y otras plataformas sociales, especialmente para colecciones como BAYC y CryptoPunks que están diseñadas en torno a personas o personajes humanoides. En su mayor parte ninguna plataforma social tiene música o audio como formato de PFP.
Estas limitaciones también plantean preguntas sobre con qué partes de la música generativa se identificarán más les propietaries de NFT: ¿el audio, el visual, el DAO posterior o quizás le propio artiste que está detrás del proyecto? Un posible camino a seguir para escalar los NFTs de música generativa/PFP a una audiencia más amplia puede implicar darles una capa visual humanoide en la parte superior para hacerlos más “identificables” para fans cotidianes, especialmente para quienes ya estén familiarizades con los BAYC o proyectos similares. Por ejemplo, el proyecto NFT de música generativa e interactiva WarpSound (en la foto de arriba) representa su producción musical visualmente a través de un colectivo humano/antropomórfico de DJs virtuales, a diferencia de muchos otros proyectos similares cuya capa visual consiste en arte más abstracto.
Falta de recursos legales
El mundo visual de PFP no sería tan exitoso como lo es hoy si no fuera por su adopción abierta de la cultura “remix”, es decir, otorgar a las personas poseedoras del NFT al menos algunos derechos comerciales para comercializar sus tokens. Uno de los ejemplos más notables de esta dinámica se puede encontrar en la comunidad BAYC, en la que propietaries tienen plenos derechos comerciales sobre cualquier NFT que poseen de la colección. Hoy en día, puedes encontrar a Apes en camisetas, tazas de café, sombreros, tiras cómicas e innumerables tipos de productos, sin mencionar el supergrupo completamente nuevo que está desarrollando Universal Music Group. Esta apertura a que las empresas puedan trabajar abiertamente con la propiedad intelectual ha ayudado a catapultar a BAYC a ser una de las colecciones de NFT con mayor éxito financiero de todos los tiempos.
(Es importante destacar que no todos los proyectos de PFP adoptan esta mentalidad; quienes crearon CryptoPunks, por ejemplo, conservan el derecho exclusivo de las ganancias comerciales del proyecto, mientras que en CryptoKitty pueden ganar solo USD$100.000 al año en ventas de sus propias versiones comercializadas de sus obras. Pero incluso este derecho se aplica de manera poco estricta, y los proyectos más limitados tienden a no generar tantos ingresos en la comunidad en general. Parece que la mayoría de los proyectos de PFP han decidido que la expansión y el conocimiento de la marca son más importantes que proteger la propiedad intelectual).
Hay algunas pruebas tempranas y de pequeña escala con este enfoque de no intervención para trabajos derivados con NFTs de música. Por ejemplo, la plataforma Async permite a coleccionistes poseer NFTs que representan el derecho a cambiar una determinada pista del máster final de una canción en cualquier momento, y luego comprar “copias” del NFT de diferentes combinaciones de estas pistas (similar al modelo de génesis frente al modelo impreso descrito anteriormente de EulerBeats). Proyectos como Audioglyphs y EulerBeats también conceden a titulares originales de NFT los derechos comerciales de las canciones asociadas mientras tengan los tokens originales.
Sin embargo, esta cláusula suele depender en gran medida de la confianza y la suposición inherente de que coleccionistes que participan en la comunidad no son males actores. En realidad, la aplicación de este vínculo entre los derechos de explotación de propiedad intelectual y la propiedad de los tokens se lleva a cabo de forma muy poco rigurosa, si es que se hace. Por esta razón, será un gran desafío legal escalar los modelos de monetización derivados en torno a los NFTs de música generativa al nivel de la cultura musical dominante, especialmente de una manera que encaje bien con las estructuras de titularidad de derechos de la música tradicional.
De hecho, incluso antes de pensar en Web3 y NFTs, los temas legales en torno a la creación de música generativa son, por decirlo suavemente, un mal espectáculo. En la mayoría de los países no existe un estándar legal para acreditar exactamente un proceso de composición o producción de canciones que incorpora inteligencia artificial, — en concreto, debe ser el software habilitador, la persona que produce las pistas originales, el material de origen o alguna combinación para ser propietaries “legítimes” de los derechos de autore detrás de una pieza de música generada por IA. Para los NFTs de música generativa específicamente, los tokens solo amplifican en lugar de eliminar las complejidades legales arraigadas en la industria musical, una tendencia que quizás sea ignorada por el fuerte espíritu anti-copyright en la comunidad Web3, dada la medida en que los proyectos de PFP en general sustraen libremente la propiedad intelectual entre sí sin ningún recurso legal.
Conclusión: Creatividad como su propia recompensa (financiera)
La conclusión es que por diversas razones, la demanda de personas consumidoras/fans (y, por lo tanto, los modelos financieros y el valor) en torno a los NFTs de música generativa aún no están probados. Sin embargo, al menos por el momento, estas mismas limitaciones sirven de escudo contra la especulación, en un momento en el que gran parte del ecosistema de la música/Web3 se preocupa por construir una infraestructura con el bienestar de artistes como su propuesta principal.
Los proyectos visuales de PFP como BAYC y CryptoPunks han tenido éxito no solo porque han creado un sentido de comunidad e identidad compartidas, sino también porque se han convertido en activos negociables con cierta utilidad financiera, lo que en algunos casos ha llevado a mercados altamente especulativos para el arte digital. Pero podría decirse que las características inherentes de la música y la función que desempeña en la sociedad hacen que sea poco probable que siga ese mismo camino especulativo.
Entonces, como punto final, ahora es un momento oportuno para pensar qué nuevos tipos de modelos comerciales pueden respaldar la próxima ola de NFTs de música generativa, al margen de cualquier expectativa de especulación financiera.
Tal vez el “flipping” de los NFTs es el modelo equivocado para artistes en este ecosistema (o para cualquiera en Web3 a largo plazo si es el caso). En cambio, los proyectos NFT de música generativa podrían enfocarse más en construir modelos a largo plazo para obtener ingresos pasivos para artistes originales, al mismo tiempo que empoderan a coleccionistes para construir sus propios negocios y trabajos creativos en torno a los tokens. Holly+ ha adoptado este enfoque con su propia casa de subastas en Zora (captura de pantalla anterior), donde cualquiera puede enviar obras de arte realizadas con el modelo de voz de Holly+ para su posible inclusión en la colección 1/1 NFT de Holly+ DAO en la plataforma. Las ganancias generadas a partir de las ventas de estos NFTs colaborativos se dividen en un 50% con le artiste que colabora, el 40% se destina al Tesoro de Holly+ DAO para financiar nuevas herramientas y el 10% se destina a Holly Herndon como compensación por el uso de su imagen digital.
También existe una oportunidad financiera potencialmente interesante en el suministro de proyectos NFT de música generativa para artistes y la industria musical, no solo para fans, monetizando el proceso tecnológico subyacente junto con cualquier producción creativa. «Estamos interesades en buscar formas de usar NFTs y tokens para monetizar flujos de trabajo, plantillas y conjuntos de datos de música generativa», dice Ali, haciendo referencia a recursos fuera del blockchain abierto para agregar modelos de arte generativo, teniendo a Pollinations.Ai como inspiración. «Puede usar tokens para obtener acceso a ciertos conjuntos de datos de arte, o puede comprar el NFT del artiste para obtener una licencia del software creativo utilizado para generar esa obra de arte».
Este modelo de monetización se remonta a la noción de Eno de que la persona compositora es una jardinera que trabaja de abajo a arriba, frente a la arquitecta de arriba a abajo, y cómo esto reformula el arte de la Web3 como algo que proporciona no solo productos creativos acabados, sino más bien las semillas para coleccionistes de NFT, y otres artistes que quieran crear y monetizar sus propios obras derivadas.
«Consideramos que el formato NFT que impulsa el arte de la misma manera que el desarrollo de la tecnología de grabación creó el concepto del artiste de estudio, donde la grabación real de la música es igual de importante artísticamente como las notas o la letra de una canción», nos dice en un comunicado el equipo detrás de Synthopia, un proyecto NFT de música generativa lanzado por Gramatik, Luxas y la plataforma Audioglyphs. «Si los NFTs hacen que la economía de la música generativa funcione, creemos que puede tener el mismo tipo de impacto».
Desde el punto de vista del artiste, esto puede ser el desbloqueo definitivo para Web3 en la industria musical a largo plazo, pensando no solo en la oportunidad financiera a corto plazo, sino también en las fronteras más profundas que el blockchain y la descentralización abren para el arte en general. En este escenario las ventajas financieras serán solo la cereza del pastel.Este artículo es gratuito para que el público en general lo consuma y lo comparta. Para ver la lista completa que hemos compilado de casi 30 proyectos de NFT de música generativa que se lanzaron este año, puedes navegar a la pestaña “Proyectos de música generativos/PFP” en nuestro Crypto Dashboard de música, disponible exclusivamente bajo suscripción.
Contribuciones
Cherie Hu (A, B, C, D)
Yung Spielburg (A, B, C, D)
Andres Botero (B, D, G)
Martín Giraldo (A, G)
Elliot Cole (B, D)
Jillian Jones (B)
Jonathan Larson (D)
Levi Downey (D)
Ana Carolina Laurindo (E)
Kalam Ali (F)
Patrick Price (F)
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(A) Liderazgo de proyectos de investigación
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(G) Traducción